Una piel y cabellos radiantes, son sin duda signos de belleza y salud, muy deseados y buscados en la actualidad. Es por eso que muchas personas recurren a una variedad de productos cosméticos y a la amplia gama de opciones que ésta industria ofrece. Sin embargo, es muy importante conocer a fondo el origen e ingredientes de estos productos, que lejos de beneficiar nuestra salud, podrían estar poniéndola en riesgo. Los principales ingredientes dañinos se conocen como disruptores endocrinos, que pueden interferir en nuestro sistema hormonal.
Sobre los Disruptores Endocrinos
Estas sustancias químicas pueden alterar el funcionamiento normal del sistema hormonal del cuerpo, afectando factores de nuestra salud como el crecimiento, desarrollo y la reproducción.
¿Cómo identificarlos?
En los productos de uso diario como perfumes, lociones, cremas y maquillajes, podemos encontrarlos con los siguientes nombres:
- Parabenos: se usa como conservante en productos para la piel y el pelo. Pueden aparecer como methylparaben, propylparaben, butylparaben y ethylparaben.
- Ftalatos: se usan para mejorar la felixibilidad y durabilidad de pinturas de uñas, perfumes y productos para el cabello. Han sido asociados a efectos negativos en el desarrollo de órganos reproductores y en la fertilidad. Pueden aparecer como dibutylftalato (DBP), diisobutylftalato (DIBP), diethylftalato (DEP)o en fragancias sintéticas.
- Triclosán: se utiliza como conservante y antiséptico en productos como pastas de dientes y jabones. Puede interferir con el sistema hormonal y contribuir con la resistencia a los antibióticos.
- Dióxido de titanio o dióxido de zinc: se usan en los protectores solares y han sido relacionados a problemas endocrinos. Suele aparecer como “dioxide” seguido del nombre del metal.
- Metales pesados: como el plomo, mercurio y arsénico, encontrado en algunos productos de maquillaje y cosméticos, en grandes cantidades pueden representar un problema.
¿Por qué evitarlos?
El factor preocupante de los disruptores endocrinos radica en su capacidad para imitar, bloquear o incluso interferir con las hormonas naturales del cuerpo, pudiendo asociarse a problemas como:
- Problemas reproductivos como infertilidad y trastornos del desarrollo en niños.
- Desórdenes hormonales que pueden afectar el metabolismo y crecimiento.
- Aumento del riesgo de cáncer, especialmente de mama, próstata y tiroides.
- Dificultades de desarrollo, como problemas en el aprendizaje y comportamiento.
Si bien el uso de estas sustancias puede ser seguro en pequeñas cantidades, es su uso diario y prolongado que hace que se acumulen en el cuerpo pudiendo generar problemas de salud. Recuerda que la piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo y es capaz de absorber cualquier ingrediente tóxico que apliques en ella.
¿Cómo evitarlos?
- El primer paso es comenzar a leer las etiquetas. Conoce los ingredientes de tus productos y evita aquellos con parabenos, ftalatos, triclosán y BPA.
- Elige productos naturales y orgánicos, que suelen estar libres de todos estos ingredientes nocivos.
- Apoya marcas transparentes, que muestren los ingredientes que usan y comprometidas con la salud y seguridad de sus consumidores.
- Minimiza el plástico, cambia a envases de vidrio o acero inoxidable.
- Evita productos con fragancias ya que éstas pueden ocultar una cantidad importante de químicos nocivos.
Tu camino hacia una vida saludable radica en las elecciones que hacemos a diario, especialmente en las rutinas cotidianas. Educarnos es clave, así podremos ser consumidores más conscientes y tener la seguridad de que realmente estamos cuidando nuestra salud. Además, apoyamos hábitos y empresas cosméticas más responsables y sostenibles.
En Simple Hábito fabricamos productos de cuidado personal ecológicos, y respetuosos con la salud del cuerpo y el planeta. Además seleccionamos marcas y productos de tiendas amigas que cumplan con éstos requisitos para seguir expandiendo éste estilo de vida natural y sostenible.
