Cambiarte a un estilo de vida minimalista y amigable con el planeta no significa dejar de lado el cuidado y salud de tu piel, al contrario, nos invita a hacer mejores elecciones. Optar por calidad en vez de cantidad.

Debemos saber que el problema de la cosmética convencional no es sólo la cantidad de plástico en sus empaques, sino los ingredientes impronunciables, tóxicos y derivados del petróleo, que en realidad no cuidan nuestra piel sino que le otorgan una apariencia temporal de brillo y lozanía.

Una vez que tengas definidas tus necesidades, puedes investigar opciones libres de plástico y tóxicos cerca de ti. Acá te damos el ejemplo de una rutina básica de cuidado facial zero waste:

Rutina de cuidado facial zero waste

Paso 1: Limpieza

La base para una piel radiante es una correcta limpieza, de ésta forma se eliminan residuos de polvo, grasa y células muertas que pueden tapar los  poros y dificultar la correcta acción de los humectantes, dándole un tono opaco a la piel. Si sueles lavar tu rostro simplemente con jabón, puedes optar por los sólidos, jabones artesanales y naturales como el tradicional jabón de Alepo, cuya fórmula tradicional es apta incluso para pieles sensibles.

Si tu piel requiere cuidados más especiales y delicados, elige un agua micelar natural en envase de vidrio, acompañada por tus pétalos desmaquillantes reutilizables.

 Paso 2: exfoliación

Si bien no es un hábito que se recomiende a diario (unas dos o tres veces por semana), es un paso muy importante para limpiar a profundidad los poros. Los que conseguimos en el mercado suelen estar hechos de micropartículas de plástico (esas bolitas que “exfolian”) que terminan en el agua.

La buena noticia es que podemos conseguir el mismo efecto con alimentos de verdad que remueven las células muertas al mismo tiempo que nutren nuestra piel; 

  • Harina de avena para piel normal o seca.
  • Harina de garbanzo para piel grasa o mixta.
  • Borra de café para el cuerpo.

Frota un poco en tu piel húmeda, dejar actuar un minuto y retirar con agua.

Paso 3: Tónico

Refresca y equilibra el ph de la piel, además permite una mejor absorción del hidratante. En las tiendas de cosmética natural puedes encontrar opciones de hidrolatos extraídos directamente de plantas como caléndula, rosa, lavanda o azahar, que pueden ser utilizados como bruma, aportándote todas las propiedades de la planta.

Paso 4: Humectación

Prueba con aceites como Jojoba (piel grasa/mixta), de almendras (piel normal) o argán (piel seca), o incluso haz tu propia mezcla. Si necesitas un toque extra, finaliza con una crema natural de tu emprendimiento favorito, generalmente vienen en envases de vidrio o latitas de metal. Asegúrate de revisar los ingredientes e investigar los que no conozcas.

[Extra Tip] Mascarilla:

Otro paso que puedes realizar una o dos veces a la semana antes de la humectación.

Olvídate de las mascarillas de sobres desechables que contaminan y sólo tienen un efecto de corta duración en tu piel, reemplázalas por recetas caseras con ingredientes antioxidantes, altos en vitamina c y nutrientes que tu piel te agradecerá; algunos de nuestros favoritos son:

  • Té matcha.
  • Aceite esencial de árbol de té.
  • Aceite de rosa mosqueta.
  • Arcilla.
  • Agua de rosas.

Receta exfoliante de harina de arroz y rosas:

  • 2 cdas de harina de arroz
  • 1 cdta de aceite de almendras o coco.
  • 1 cda de agua de rosas o lavanda. 

Forma una pasta espesa juntando todos los ingredientes y masajea en forma circular en todo tu rostro. Evita el contorno de los ojos, labios y cuello.

Deja unos minutos, retira con abundante agua y aplica tu tónico facial e hidratante.

Esperamos que disfrutes la lectura y si tienes algún comentario estaremos felices de leerte.

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